Lara se ha ido de vacaciones a un campamento cuyo monitor se ha ganado honradamente el nombre de Soplillo, que tiene las orejas como si fuera Dumbo.
Entre tanto, Gustavo se ha quedado escribiendo el guión de una película de terror. De pronto
comienza el peligro, Gustavo se a quedado atascado en su escritura porque no sabe que hacer
con el monstruo de ficción, a Lara se le pone la carne de gallina, a su amigo Pablo los pelos de
punta, cuando descubren unas huellas gigantescas de un monstruo de verdad terminadas en un
lago.
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